María José Flaque

Hay muchas técnicas poderosas para atraer lo que queremos en la vida, pero una de las más poderosas es practicar el agradecimiento diario. ¿Qué significa esto? ¿Es decirle “muchas gracias” a todas las personas que vemos en el día? No necesariamente.

Practicar el agradecimiento es dar gracias de corazón por aquello que ya tenemos en nuestra vida, por ejemplo una casa linda, una cama caliente donde dormir, las amigas del alma, los hijos saludables o la comida en la mesa.

Agradecer, nos permite mantenernos en el presente, concentrarnos en lo que tenemos ahora y no en lo que perdimos en el pasado, ni lo que nos preocupa del futuro. Nos pone automáticamente en un nivel de vibración mayor donde nos sentimos más contentos y hacemos frente de una forma más armoniosa, a todas las situaciones que se presentan y que quizás no sean como lo deseamos.

Nuestros pensamientos impactan en nuestra realidad y, poder ver las cosas positivas en nuestra vida nos enfoca en la mentalidad de abundancia, no de carencia. Este enfoque atrae cosas mejores cada día y nos da la ventaja de que nuestra felicidad no va a depender de otros, si no de nosotros mismos porque nosotros escogemos como verlo.

En un principio puede sentirse raro dar gracias por cosas que siempre han estado ahí, pero después de un tiempo la sensación de amor que uno empieza a sentir cuando agradece se vuelve casi adictiva. Se siente tan bien poder sonreírle a las personas, agradecer, dar abrazos y reír que el sentimiento de enojo es casi rechazado por el cuerpo. Se vuelve un hábito el sentirse contento y lleno de amor.

Se ha demostrado que el agradecer tiene muchos beneficios para la salud. Las personas disminuyen sus niveles de estrés y mejoran la habilidad para manejar momentos difíciles donde antes hubieran reaccionado de una manera más negativa. Al reducir la producción de la hormona del estrés, cortisol, también aumenta el sistema inmunológico.

Hay estudios que han demostrado que el agradecer se siente en el nivel bioquímico del cuerpo y activa las mismas áreas del cerebro que los sentimientos de asombro y admiración, produciendo dopamina y serotonina y mejorando el humor. ¿Será por eso que se crea adicción al sentimiento de agradecer?

Crear el hábito de agradecer es muy fácil.

La clave es hacerlo parte de la rutina diaria. Escoge momentos en que estés haciendo una actividad de costumbre como cuando cocinas, mientras te duchas o haciendo fila en un banco y aprovecha para hacer una lista mental de todo lo que agradeces en tu vida.

Pueden ser cosas pequeñas como la comida fresca, tu mascota, el agua limpia, la cama caliente en una noche fría… no importa repetir las cosas en un principio, poco a poco comenzarán a venir más ideas y más detalles que uno agradece. En poco tiempo sentirás los beneficios y se convertirá en parte de la rutina diaria!

¿Qué agradeces hoy?