Es muy importante que nos conozcamos a nosotros mismos y que nos aceptemos, pero también es fundamental, que sepamos empatizar y ponernos en el lugar del otro.
Desde hace varios años venimos escuchando, de manera reiterada, la importancia de desarrollar y de aprovechar al máximo, nuestra inteligencia emocional. Sin embargo, estamos tan saturados con el concepto que, al final, sólo sabemos que hay una gran cantidad de habilidades, que tenemos que alcanzar… pero no sabemos, si vamos por buen camino, o si ya sólo debemos esforzarnos por mantenerlas.
Las personas emocionalmente inteligentes, tienen una gran capacidad para manejar sus emociones y entender las de los demás de manera adecuada. Lo cierto, es que el hecho de ser seres emocionales y, además, ser inteligentes, puede parecer bastante complicado. No obstante, esto depende, en gran medida, de cómo nos planteemos nuestros objetivos.
Todos, sin excepción, podemos encender una mecha en nuestro interior que nos ayude a controlar nuestras emociones, poner límites y derribar barreras emocionales indeseables.
Es por esta razón por la que, para hacerlo más sencillo, en este artículo estamos planteando, los hábitos que suelen tener las personas emocionalmente inteligentes.
1. Las personas emocionalmente inteligentes se conocen a sí mismas
Las personas emocionalmente inteligentes, son capaces de comprender las causas que les llevan a sentirse de una manera u otra. Ellas identifican adecuadamente la situación y la fuente de sus sentimientos, manejando mejor los conflictos y los momentos difíciles.
Esto no es tarea fácil, ya que nuestra vida emocional puede llegar a ser muy complicada. De hecho, localizar qué nos provoca emociones fuertes como la ira, el miedo o la alegría es particularmente difícil.
2. Las personas emocionalmente inteligentes toman decisiones
Las personas emocionalmente inteligentes también tienen miedo, pero no se precipitan a la hora de tomar decisiones. En cambio, sopesan sus opciones y las consecuencias de cada posible decisión.
Tener nuestra inteligencia emocional desarrollada, nos ayudará a reconocer y asumir nuestra responsabilidad, trazando así planes para conseguir lo que queremos en la vida.
3. Las personas emocionalmente inteligentes gestionan sus emociones
Para Daniel Goleman y otros estudiosos del tema, la autoconciencia es uno de los pilares de la inteligencia emocional. Esta capacidad consiste en saber reconocer nuestros estados de ánimo, emociones y sentimientos.
Además, la autoconciencia también implica ser conscientes de cómo, nuestros estados de ánimo, influyen en otras personas. Gestionar nuestros recursos emocionales, es una parte fundamental de la inteligencia emocional.
El hecho de regular nuestras emociones, está en sintonía con el establecimiento de relaciones saludables, tanto con los demás, como con nuestro espacio interior. Ser conscientes de lo que sentimos, nos permite que seamos nosotros quienes gobernamos nuestras emociones, y no al revés.
4. Las personas emocionalmente inteligentes empatizan
La empatía o la capacidad de ponerse en el lugar del otro, es un pilar más de la inteligencia emocional. Percibir y entender lo que sienten los demás, facilita la relación y el manejo de las distintas situaciones interpersonales que puedan darse.
Podemos neutralizar nuestros sentidos, pero no somos capaces de escaparnos de las emociones propias y ajenas. En cambio, las personas hábiles en el manejo de las emociones, controlan muy bien esta dimensión.
5. Las personas emocionalmente inteligentes abren su corazón
La apertura y la confianza en nuestras relaciones, es un indicador esencial, de que somos personas con alto grado de inteligencia emocional. Es decir, abrirnos y dejar las reservas a un lado, es altamente benéfico, para cimentar relaciones saludables.
Además, ser emocionalmente hábiles, no sólo nos permite sentir y gestionar nuestras emociones de manera adecuada, sino expresarlas y transmitirlas correctamente.
6. Las personas emocionalmente inteligentes están altamente motivadas para llevar a cabo sus proyectos
Aunque estén nerviosos a la hora de hacer un cambio en sus vidas, ellos saben que la gestión del miedo es la clave del éxito. Al dar un salto y realizar el cambio, saben que pueden hacer su vida mejor y eso les hace estar un paso más cerca, de la consecución de sus objetivos.
Además, ya que manejan de forma adecuada sus emociones, pueden tolerar altos niveles de frustración y demorar la gratificación, con el fin de lograr sus metas a largo plazo.
7. Las personas emocionalmente inteligentes se responsabilizan de su vida
La autoaceptación y la autoconfianza, nos ayudan a tomar consciencia y a comprometernos con nosotros mismos. Es decir, somos responsables de nuestras alegrías y de nuestras desgracias; por lo tanto, la responsabilidad de solucionar nuestros asuntos, nos corresponde a nosotros en exclusiva.
¿Cómo podemos mejorar nuestra inteligencia emocional?
“Hay correlación cero, entre coeficiente intelectual y empatía emocional. Están controlados por diferentes partes del cerebro”. Daniel Goleman
No hay relación directa, entre lo que entendemos por inteligencia académica, y la inteligencia emocional. Una persona puede ser sumamente inteligente y haber destacado en la escuela, pero, sin embargo, no destacar en su vida.
Es muy importante entender, que la inteligencia emocional, no es lo opuesto a la inteligencia. No es el triunfo del corazón sobre la cabeza, sino la intersección de ambas en un mismo punto.
Así, en la vida cotidiana, podemos llevar a cabo distintas actuaciones, para alcanzar un mayor conocimiento de nuestras emociones:
Conócete a ti mismo. Hazte preguntas, cuestiona tus comportamientos y reflexiona sobre tus valores. Realizar diariamente ejercicios de introspección, marcará un antes y un después en tu autoconocimiento emocional.
Regula tus emociones. Digamos que esto tampoco es sencillo; sin embargo, merece la pena trabajar en controlar nuestras emociones; tanto “positivas”, como “negativas”. Si sientes que estás enojándote, tómate tu tiempo cuanto antes y aléjate de la situación durante unos instantes. No te olvides de que sólo tú, tienes el control sobre tu vida y sobre tus comportamientos y emociones.
Empatiza con los demás. Ponte en el lugar de la gente que te rodea, incluso de la que no te resulta agradable. De esta manera, entenderás que cada uno tiene su historia, lo que quizás te ayude a sobrellevar mejor, situaciones complicadas.
Busca tu motivación diariamente. Levántate cada mañana, con la ilusión de avanzar en tu vida. Los grandes logros están hechos de pequeños éxitos, no lo olvides.