Primera parte (54 años)
Desde hace algunos años, uno de los propósitos más importantes de mi vida es, precisamente, aprender a vivir mejor, investigar, observar y aplicar. mi principal objeto de estudio y conejillo de indias soy yo, todo esto, para empezar a hablar de la menopausia y el delicado asunto de la edad… que para algunas mujeres (y hombres), es algo complejo.
En fin, hablo de este tema desde mi muy particular punto de vista y experiencia personal; de ninguna manera pienso que estén equivocados todos los estudios e investigaciones realizados a nivel mundial.
A mí al igual que a muchas otras mujeres, desde hace un par de años me empezó a ocupar el tema de la disminución en la producción de estrógenos, el climaterio y su repercusión en la calidad de la piel, los cambios de estado de ánimo, la falta de deseo sexual, la osteoporosis, etc., etc…. así que empecé a investigar un poco acerca del tema y a preguntarle a algunos médicos si valía la pena que me realizara un perfil hormonal. Finalmente, no me hice el perfil hormonal, dejé de preocuparme y empecé a ocuparme de “programar” mi etapa de climaterio y menopausia.
Como antecedente, quiero decirles que me siento física-emocional y espiritualmente mejor que a los 20 años, con más energía y resistencia que nunca antes, por lo que tomé la decisión de brincarme los síntomas supuestamente inherentes a la menopausia, y simplemente dejar de tener menstruaciones, lo cual me indicará que ya pasé a la siguiente etapa y que es el momento de continuar sembrando salud para seguir cosechando salud y bienestar, así de simple.
Pienso que de pronto la edad es una justificación (de algunas personas) para descuidarse y argumentar que con los años ya nada es igual, que el deterioro es inexorable, que se pierde la memoria, la flexibilidad, que es imposible mantenerse en un peso respetable, en resumen, que empieza la edad de los “nunca” (esto del “nunca” es algo que existió y existirá siempre, antes de la primera vez que suceda algo) y que los achaques se vuelven la constante en esta etapa de la vida…y más… en mi caso particular (y por mi conveniencia personal) considero que no necesariamente tiene que ocurrir todo esto, y si, la edad física es un hecho absolutamente real, sin embargo, se puede ser muy viejo a los 20 o 30 años y muy joven a los 54, eso depende de cada una y cada uno.
Para mí, la fuente de la eterna juventud es el amor absoluto a la vida, el saber que la felicidad no tiene nada que ver con lo que se toca, que podemos estar contentos o tristes, enojados o ilusionados, etc. y todo eso son estados de ánimo. Una vez más, desde un punto de vista muy personal, estoy convencida de que la felicidad tiene que ver con la armonía interna y con el universo, con la certeza de que todo lo que sucede siempre es lo mejor que puede suceder y nosotros somos los absolutos responsables de lo que “pasa”, acontece o sucede (como diría Adela Micha) en nuestras vidas y, precisamente, ahí se encuentra el poder real.
Segunda parte (58 años)
Hoy, después de 4 años de haber comenzado a escribir este artículo y para dar fe de que así es, escribo esta segunda parte que contiene el desenlace de mi punto de vista y además decido compartir mi experiencia contigo.
Bueno, pues resulta que…un buen día, dejé de reglar y decidí ir de nuevo al ginecólogo (por cierto, un excelente médico, que me ha acompañado a lo largo de muchos años, de forma esporádica, y que si a alguna de ustedes le interesa su nombre y teléfono, con mucho gusto se lo puedo proporcionar), en fin, aquí lo importante es que efectivamente no tuve síntomas de climaterio ni menopausia y por lo tanto, en ningún momento fue necesario tomar hormonas, simplemente dejé de reglar, fui al famoso doc, me hice un perfil hormonal y…..si! ya había trascendido esa etapa, gloriosa y saludable, tal y como yo elegí que fuera, sigo siendo la misma talla de ropa que hace 25 años, tengo una excelente memoria, me siento llena de energía y de pasión por la vida y dispuesta a enamorarme una vez más.
Durante estos 4 años, entre la primera y la segunda parte he seguido investigando, experimentando y viviendo; por lo que puedo confirmar en estos momentos que cada ser humano determina su realidad, construye su presente. Además, en este tiempo, me certifiqué como coach (aprovecho para hacerme un comercial), y de esa forma cristalicé mi vocación aparentemente frustrada, de ser psicóloga y aunque por supuesto, el coaching no es una terapia, sirve para apoyar a las personas para que descubran su verdadero potencial y conviertan sus sueños en una realidad tangible, encuentren sus propias respuestas y aprecien su valor real, así que estoy a tu disposición.
Muchas cosas quiero hoy compartir contigo, y bueno, lo haré. a partir de hoy, elijo comenzar una serie de artículos encaminados a compartir, agradecer y aprender. compartir mi experiencia de más de medio siglo (que no es cualquier cosa!), compartir mi corazón, lo que soy; agradecer, a Dios, al universo, a la vida, todo lo que vivo (soy realmente afortunada y me declaro bendecida siempre); aprender, porque pienso y siento que esa es realmente la finalidad de estar aquí y AHORA y que no importa lo que haya sido ayer, precisamente hoy, aquí y ahora, en el maravilloso presente, está el momento de vivir y ser, de elegir, de renacer. lo que quiero decirte es que, si va a ser, depende de ti, tú decides, tu creas, tu construyes…
Bueno amiga (amigo) querida (querido), gracias por permitirme entrar en tu vida, gracias por esta posibilidad que se abre en este mágico momento, en este mágico espacio, de comunicarnos, compartir, agradecer y aprender juntas y juntos, jajaja.
Tercera parte (69 años)
Wow… Han pasado ya 15 años de haber escrito la primera parte de este artículo.
¡Me impresiona!
Puedo decir, que en estos 15 años (11 desde la segunda parte), he seguido disfrutando de estar conmigo, he aprendido realmente a estar conmigo y sigo estando en perfecto estado de salud, física y emocional… ¡Claro! Con esto no pretendo decir que siempre estoy en bienestar y que ya me encuentro en un nivel superior… ¡por supuesto que no! Estoy en donde estoy en mi propio proceso y comprometida a insistir, insistir, insistir, cuantas veces sea necesario, para regresar al lugar en el que quiero estar y resolver lo que sea que sea.
En fin, este artículo habla de la famosa menopausia y sus repercusiones en mi vida. Yo puedo decir que, para mí, no ha habido repercusión alguna y que sigo teniendo energía, fortaleza y salud, disfruto de mi edad, abrazo los cambios físicos que se presentan y, finalmente, sigo pensando que la edad, es un numerito en la credencial de elector y en el acta de nacimiento: lo importante es cómo me siento yo conmigo, cómo te sientes tú contigo. (Ahora resulta jajajaja que soy estudiante de Psicología y me parece maravilloso).
¿Quieres saber más? Escríbeme, aquí estoy, soy tu amiga y para mi es ya una inmensa alegría, compartir contigo lo que pienso, siento y soy. Gracias por leerme. Te abrazo con mi corazón, que es el tuyo, mujer divina, hombre divino (si eres tú el que lee). ¡Gracias!